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Newton se las sabía de todas todas, decía que: "Siempre que un objeto ejerce una fuerza sobre un segundo objeto, el
segundo objeto ejerce una fuerza de igual magnitud y dirección opuesta
sobre el primero". o lo que es lo mismo: "A cada acción siempre
se opone una reacción igual". En cualquier interacción hay un par de
fuerzas de acción y reacción, cuya magnitud es igual y sus direcciones
son opuestas.
Eso traducido a la vida de cualquier mortal ( ja! puedo ver tu cara cuando pensaste que nunca en la vida utilizarías la física de esta manera :P ) quiere decir (en mi muy humilde y particular punto de vista), que cualquier acción que uno emprenda, tendrá una consecuencia adversa directa o indirectamente.
Ayer mientras aplicaba el "Ingue-su" alegremente para mover los muebles pensé que la consecuencia lógica sería un dolor de pierna que se quitaría con pomada, más no que terminaria con unas cuantas agujas en la vena tratando de desinflamar un pedazo de carne que semejaba mas a un jamóm que a una pierna debido a la inflamación que le causo tal esfuerzo.
Así que a menos que fuera idiota no me iba a arriesgar a tener un trombo y me puse a hacer otras cosas menos arriesgadas para mi salud, mientras ni mente estaba pensando en el tremendo caos que tengo literalmente frente a mis ojos al despertar y que prefiero ignorar por el momento ( total... ), me llegó la ansiedad de ir a hacer lo que de todas maneras y desde hace mucho tiempo tengo que resolver con mi gran caos; el asunto es que de alguna manera me aferro o me rehuso a sacar todas esas cosas porque no se qué rayos representan en mi inconsciente y no quiero dejar o me niego a dejar ir ( o simplemente padezco una enfermedad mental y no me han notificado).
Podría decirse que no hay diferencia de lo que siente la chica de la foto y cómo me siento yo en este punto...
Cada que hacemos un pequeño cambio en alguna área de nuestras vidas, llegará inevitablemente una parte que nos resulte tediosa, dolorosa o querramos saltarnos. No hay vuelta de hoja; tendrá que pasar, porque si nosotros no lo pasamos, se deslizará lentamente hasta que lo tengamos enfrente y entonces nos caerá encima (en definitiva la vida es cruel, sabia, pero cruel).
Lo mismo pasa si queremos independencia, habrá que pagar un precio: puede ser la soledad, el aumento de responsabilidades, la lejanía de la familia, en fin, algún negrito en el arroz debe de haber, porque como dice el dicho "el que quiere azul celeste que le cueste".
Sabemos que los seres humanos somos complejos, pero también somos cobardes, queremos las cosas pero no queremos pagar ningún precio, y ni hablar del costo de la factura cuando uno decide aplicar el "ingue-su", apenas llevo 3 días con esto y me doy cuenta que los japoneses son más organizados en el rollo de hacer sus cambios por fases, en equipo y a largo plazo por una sencilla razón: es como pagar los muebles en mensualidades perfectamente ordenadas, que pase lo que pase, pagarán con felicidad y sin desfalcos en el tiempo planeado, estos orientales donde ponen el ojo ponen la bala y no importa que se tarden 20 años. El costo de hacerlo a la mexicana es alto porque nos aventamos a lo silvestre sin pensar, hacemos nuestras burradas in facto y con los ojos cerrados para que no nos duela, pero es un hecho que una vez que nos dimos el catorrazo tenemos justo al frente la factura para pagar en cash y todavía no se nos pasa el dolor de salva-sea-la-parte, cuando ya nos están cobrando los abonos, y si ignoramos morosamente ese costo, volveremos tristemente al punto donde comenzamos.
Cualquier cambio, cualquier paso por positivo y bueno que sea al final, llevará implícito algo que no nos guste, lo ideal, sería sentarse a rumiarlo con la sabiduría y el consejo que nos sea proporcionado humana o divinamente, pero no, ahi vamos, a ojos cerrados (por lo general), nos embarcamos en un matrimonio, en los hijos, en los gastos, en la vida hedonista o en el ermitaño, en ser la oveja negra de la familia, en lo que sea, y la cosa es que cuando se nos presenta la adversidad (que venía incluida en el paquete) no sabemos para dónde jalar (aquí agregaría que para ciertos casos también aplica hacerse de la vista gorda pero asumiendo que eso también tendrá un precio adicional en letras pequeñisimas) y lo que deberíamos dejar de hacer es sumergirnos en nuestra Marga López Interna y parar los autodramas !!!por el amor de Dios!!!.
El querer conseguir nuestros sueños no es malo, lo que esta mal (de una manera relativa) es el lanzarse sin pensar en la mayoría de las consecuencias venideras, razonarlo claro y con manzanitas; el problema es que no tomamos conciencia de lo que hacemos (y volvemos al "cómo diablos llegué a este punto").
He tomado el reto de ordenar un espacio personal realmente abandonado para comenzar un ejercicio de reflexión y de desahogo; Esperando que al final haya un resultado de crecimiento y no una camisa de fuerza o una llamada alarmada de mi terapeuta ante tanta telaraña mental (igual y descubro aqui lo que los test de enfermedades mentales no pudieron).
Mientras tanto, antes de lanzarse a conseguir sus sueños al más puro estilo "ingue-su" detenganse 5 minutos a pensar en qué intereses escondidos en el precio estarían dispuestos a pagar, si, esos que son como las letras chiquititas de los contratos y avisos que nadie lee, y que si se descuidan pueden terminar perdiendolo todo.


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